viernes, 30 de marzo de 2012

Tiempos - Por Silvia Graciela Oliverio

TIEMPOS

PASADO

Al principio había supuesto que reclamaban derechos de autor, después, quedé convencida que solamente querían ser protagonistas. A Ellos, los descubrí hace mucho, cuando este pueblo, hoy apenas  centenario, era otro. Otro Zavalía: sin asfalto ni alumbrado público. No teníamos electricidad permanente en las casas, y nadie podía imaginar un celular cuando en toda la localidad había solamente tres teléfonos a manivela. Un pueblo que prometía prosperidad en el movimiento de sus  almacenes, fondas y boliches. A pesar que las cintas se cortaban, siempre en el mejor momento de la trama, el cine era maravilloso. Las revistas y las fantásticas películas  nos mostraban inventos que jamás habíamos visto en la realidad: televisión, lustradoras, licuadoras. En esos tiempos  todavía pasaba el lechero con su carro tirado por un caballo, y todo el cereal de la cosecha se hombreaba en  bolsas que se guardaban en los galpones del ferrocarril.
Para contarles con exactitud, en ese momento, yo tenía 8 años y estaba jugando con pompas de jabón. Muchos dirán que mi mala memoria es incapaz de recordar tanto detalle, pero esas personas, que emiten opiniones tan a la ligera, no saben que mi cerebro se comporta igual que el disco rígido de una computadora. Al  llenarse mi memoria con el recuerdo de  otras vivencias, la única forma de liberar espacio para guardar datos nuevos es escribiendo los cuentos, bajándolos a papel o dispositivos virtuales.  Ese es el único modo en que recuerde que mi alacena no tiene azúcar, o que debo pagar la cuenta del teléfono. A menudo se me transforma en una pesada carga, porque mi mente apenas tiene un poco de lugar vuelve a generar otro cuento que llena el espacio vacío; otra vez se me olvida de comprar el pan del día, y  a comer pan duro hasta terminar de escribir el nuevo cuento.
Vuelvo a ese corredor de alisado rojo, cuando yo era una niña sentada en la hamaca que hizo mi padre con un asiento de arado y las burbujas de jabón se desparramaban por el patio fragante de glicinas y maquillado de  púrpura por las magnolias en flor. Ese día, fue suficiente que mirara uno de los cuadros de paisajes pintados en  la pared, para que la inspiración me dictara el primer poema. Ese instante fue mágico, como era mágica toda la casa y como será para mí,  por siempre, mágico este pueblo.
En el silencio de las noches, escuché las pisadas que crujían en los pisos de madera dejando marcas de pies descalzos en el brillo resplandeciente. El brillo era mérito de mi madre a pura  cera de abejas y nafta blanca, las furtivas pisadas, en ese entonces me parecían anónimas. Otras noches,  daban vueltas de llaves en las cerraduras de las puertas, pero no lograban abrirlas, porque nos preocupábamos de ponerle a cada una su tranca. Si se encendía una vela, o una linterna, no se veía nada extraño. En esos tiempos ignoraba que sus sentimientos se acurrucan en los rincones y que también están en el día, pero con el trajinar diurno pasan desapercibidos.
Más adelante los encontré por todos lados, percibía su llegada como una brisa de estática en la piel. Tal vez sea por eso que este pueblo se lo pasa demoliendo casas y haciendo remodelaciones de los jardines, pero lamento informarles, que así no solucionarán nada.
Este relato va sin imágenes actuales, porque los lugares que más quiero ya no existen. No me equivoqué de tiempo verbal, aunque no existan, yo igual los quiero. El otro día miraba por Internet los pueblos de mis abuelos, y los centros históricos se mantienen igual que hace muchísimos años. Si pudiera viajar a Italia, podría rezar en la misma iglesia que se casaron mis tatarabuelos, podría mirar la ventana del piso de alto donde se asomaba mi bisabuela a esperar a su marido, podría pisar el mismo empedrado de la plaza donde mi abuela caminó llorando por última vez en su pueblo natal.  Es probable, que a cualquiera de ustedes le pasaría lo mismo si volviera sobre los pies de sus antepasados en Europa. Es que en el viejo mundo está prohibido cambiar las fachadas de los edificios de los antiguos barrios, se pueden hacer todas las comodidades que uno elija en el interior, pero la presentación del lugar debe quedar restaurada e idéntica como hace doscientos, trescientos años o más.

PRESENTE

Sin embargo, en este nuevo mundo no parece necesario mantener la historia viviente. Ni siquiera la pequeña historia de tan solo cien años. Sepultamos, escondemos, y de vez en cuando desenterramos algo, espiamos un poco, y volvemos a ocultar muy bien todo. Después se lo cuenta como se relatan los chismes,  cada cual a su manera, omitiendo verdades, agregándoles algunas mentiras. Pero no hay modo de engañar ni ocultar el pasado. Si prestas atención es probable que escuches los alaridos de los malones, los gemidos de las cautivas y los relinchos de los caballos en tropillas cuando aún no había alambrados que los detuvieran. Quizás no entiendas el idioma, entonces es probable que sean los inmigrantes buscando volver a su patria. Si presientes humedad, es el sudor de los carpidores de maíz. Pero no nos vayamos tan lejos, si volviera alguien que emigró de Zavalía hace unos cuarenta años, a primera vista  no reconocería los lugares de hoy. Es que cien años es muy poco para un pueblo, es como si fuera la primera infancia de una persona. Los niños tienen muchos cambios antes de formar su personalidad definitiva. Pero este abuso de hacer y deshacer dificulta aún más las cosas. No solamente para mí, que extraño no ver  los macetones lujuriosos de vegetación  de la galería de doña María, siempre cubiertos de flores y brotes nuevos. No solamente para mí, que añoro treparme a las estanterías del viejo Almacén  Inglés, para desarmar telarañas gigantes. No solamente para mí, que pagaría cualquier cosa por recortar de las paredes esas pinturas de paisajes que adornaban la galería de la casa que mis padres alquilaron en mi niñez. No solamente para mí, que sigo buscando semillas de esa planta de flores azules, como estrellitas, que brotaban hacia el cielo desde el jardín de doña Luisa. No es solamente para mí, que quiero volver a ver esas columnas de verde marmolado con beige que estaban en el altar de la Capilla. No solamente para mí, total, yo pude disfrutar de las hamacas altísimas del patio de la escuela rebosante de verde. No solamente para mí, total, yo pude admirar de la plaza grande cuando aún tenía flores. No solamente para mi, total, yo pude entender el tiempo sin tiempo, en esos años en que no nos dábamos cuenta que éramos felices.
Claro, las cosas no se dificultan solamente para mí, ni para ti que estas leyendo este relato, también para todos los inexplicables. Hacía tiempo que yo venía haciéndome la zonza, como muchos otros, intentado ingenuamente que se olvidaran un poco de sus reclamos. Intenté que el trabajo me ocupara todo el día, y juntar todo el sueño posible para llegar a la cama rendida de cansancio y dormir inmediatamente. Para no escucharlos, para no prestarles atención. Fue imposible. Fue tan insoportable ignorarlos que pude caer en la cornisa de locura. Ahora, que los entiendo, que los acepto,  en este domingo tormentoso y oscuro, donde la paz parece instalarse en la tarde primaveral de mi nuevo jardín, van pasando uno a uno,  los inexplicables, eso que algunos llaman inspiración, Ellos, todos esos fantasmas que me dictan los cuentos y poemas que escribo.

 FUTURO
Tendré mucho tiempo para pensar, para imaginar, para recordar. Alguien cuidará mi jardín. Alguien estará horas frente a mis ollas esperando el punto del dulce de los frutales que planté, mientras yo, implacable intentaré dar mi opinión.
No se si sentiré alivio o me exasperará, pero alguien se ocupará de mis papeles y de mis libros. Alguien considerará basura las mil reliquias que guardo en el armario del pasillo, y tal vez no pueda salvarlas, no sé que facultades pueda conservar para ese entonces.
Quizás la contemplación y el silencio me bendigan algún día. Es probable que en mis años de retiro pueda observar sin prisa todas las flores del mundo. En realidad no puedo saberlo exactamente, pero lo imagino tranquilo.
Alguien mirará mi reloj después de la medianoche y pensará que es tarde, cuando a mi, la misma hora, siempre me parecía temprano.
No lo sé, pero tal vez, pueda viajar mucho y conocer miles de paisajes nuevos.
De algo estoy segura, podré volar y recorrer las miradas con brillo. Te elegiré. Me sentirás. ¿Escribirás lo que te transmita cuando me transforme en un fantasma inexplicable para los demás?

martes, 27 de marzo de 2012

SE FUE - Por Etel Carpi

SE FUE
se fue envuelto en los susurros de los pájaros en las sombras
se fue mi ángel tierno llevándose el aroma de las flores
se fue cuando mis ojos se cansaron de mirar sin verlo
se fue mi ángel príncipe-caballero de un ensueño
se fue en silencio, sin un guiño que lo anuncie
se fue por los huecos oscuros, estrella fugaz
se fue y apenas pude guardar su aroma
se fue como sonrisa de rotos cristales
se fue, debo eliminarlo de mi mente
se fue para no existir en mi camino
se fue robándome todo, por robar
se fue con su torrente de palabras
se fue y ya no esperaré su abrigo
se fue para crear nuevos pesares
se fue y debo guardar silencio
se fue mi ángel casi diablo
se fue para no dañarme
se fue sin pedir nada
se fue, simplemente
se fue, lágrima
se fue lejos
se fue azul
se fue amor
se fue, mío
se fue
fue



Etel Carpi

viernes, 23 de marzo de 2012

ESCRIBE TÚ - Por Norma Menuet

Escribe  tú,  el  ultimo  poema
encontraras  la  frase  que  enternece,
no  te  preocupes  por  que  la  rima  llegue,
no  es  tan  importante  como  lo  parece.
solo  te  pido,  lo  hagas  a  conciencia,
por  favor,  escribe  tú 
mi  corazón  pidió  licencia

Escribe  tú,  el  ultimo  poema
ha  de  saber  solo  de  alegría,  de  belleza
traducirá  el  lenguaje  del  silencio
anulará,  los  miedos  y  miserias.

Escribe  tú  el  ultimo  poema,
y  avanza   sobre  el  trigal  de  mis  amores
háblame  del  campo,  de  la  negra  tierra  arada  y  sus  olores
del  sudor  en  la  frente  de  mi  padre,
Recréame la  sublime  inocencia  de  mi  madre

Escribe  tú,  el  ultimo  poema
compuesto  con  música  en  piano,
y  entrelaza  en  el  la   melodía  de
de  las  notas  creadas  por  tus  manos.
¿Lo  estás  viendo?,  todo  está  bien
no  te  apures,  escribe  en  calma,
hazlo  con  la  grandeza  de  quién  nada  espera  a  cambio
¡Entrega  tú  corazón  en  la  palabra!.
¿Quién  mejor  que  tu?
si  tanto  como  a  mí,  la  poesía  te  llama
has  de  percibir  que,  al  entregarte  mi  pluma,
también  te  estoy  entregando  mi  alma.
Ya  es  hora....debo  irme,  pero  antes,  casi  lo  olvidaba
ven,  acércate......y  permíteme  secar  tus  lágrimas
.

lunes, 19 de marzo de 2012

Encuentro 21 de abril de 2012

Próximo Encuentro de Escritores

La próxima reunión está programada para el Sábado 21 de abril de 2012 a las 19 horas, en la Biblioteca Mariano Moreno de la ciudad de Los Toldos. Estan todos invitados, compartiremos lecturas, y entre ellas, las creaciones que se redacten con la inclusión de las palabras elegidas en nuestro anterior encuentro:

Andén Temblor LLuvia Trecho Dignidad Alas Esperanza Peregrino
Energía
Fantasía Paredes

La Puerta - Por Silvia Graciela Oliverio

LA PUERTA   –          
Cuando las plantas de zapallos rasguñaron mis talones, descubrí que en libertad también existe el dolor.  Me apenó dejar las calabazas maduras dispersas en la que fue mi huerta por más de once años. Imposible llevarlas.
El resplandor de la luna se esfumaba con la levedad del alba. Todavía quedaban algunas nubes dando vueltas por  el cielo desteñido. En la lejanía se recostaba la furia de la tormenta en montículos grises que desprendían destellos azules.
Mientras abría los alambres de púa para que pasaran Leonel y Graciela eché la última mirada hacia mi casa. Suspiré con alivio cuando la vi como una silueta oscura recortada en el firmamento. Si no había encendido las luces, aún dormía, o no encontraba las velas.
Nuestros pasos sobre el camino real dejaban las marcas sobre la tierra mojada. Necesitábamos tiempo, él podría seguir fácilmente nuestras huellas.
Marchamos en silencio las ocho cuadras hasta la ruta, mientras la claridad paulatinamente surgía de la nada. El último invierno había sido largo y cruel. Mi corazón acelerado reparó unos instantes en los rostros asustados de mis hijos. No era la primera vez que lo intentábamos, en las anteriores no habíamos logrado la fuga. Les dije: -todo saldrá bien- No respondieron, tal vez porque dudaban de la certeza de mi frase.
Estábamos solos en el refugio de la ruta, quizás porque era demasiado temprano para un domingo. Revolví mi cartera buscando la hora en el celular. Faltaban diez minutos eternos para que pasara el colectivo. Lo bueno era que no tenía mensajes, ni llamadas perdidas. Seguí revisando mi bolso, en el bolsillito de adentro estaban las dos llaves y el dinero que había logrado juntar limpiando por horas en casas de familia. También tenía las partidas de nacimiento y los tres documentos de identidad, por fin los había recuperado. El había tomado la costumbre de ocultar cosas. Era otro de sus inútiles caprichos para retener el control de la casa. Como la llave única. Me había quitado la copia hacia tres años. Así yo debía rendir más cuentas: donde estaba, a que hora volvía... Siempre cambiaba el lugar del guardado de la llave, y tantos días al encontrar la casa cerrada yo daba vuelta las macetas, recorrían los huecos de los ladrillos, buscaba debajo de la pileta, en el nido de gallinas… A veces directamente se le olvidaba dejarla, y nos quedamos esperándolo en el precario lavadero, hiciera frio o calor. Y después soportar las quejas de la camisa sin planchar, la lentitud de la cena, la molestia de los deberes de los chicos sobre la mesa y cualquier excusa momentánea que desataba su ira.
El ómnibus llegó puntual y subimos apresuradamente. Retomó el andar mientras nos acomodábamos en los asientos del fondo. Había repasado uno a uno a los pasajeros  y no conocía a nadie más que a Doña Pancracia que viajaba con un ramo enorme de flores. Tuve la precaución de saludarla, elogiar la blancura de sus calas y consultarle a que hora abría el cementerio. Me pareció que era bueno dejar una pista falsa por si él la encontraba en la ciudad y le preguntaba por nosotros.
El barro de las zapatillas comenzó a secarse mientras los tres abrazados escuchábamos la radio elegida por el chofer. A puro tango se despegó el sol del horizonte.
La avenida de los jacarandás me arrancó una sonrisa, no porque me impactara la belleza iluminada de sus flores azules, sino porque estábamos llegando.
Nunca habíamos avanzado tanto. Recordé un regreso a casa tiritando de frío sobre la inerte helada de una madrugada de agosto y la vez anterior, que nos alcanzó con el auto y nos obligó a volver.
Nos bajamos en la anteúltima parada, no quise que nos vieran en la terminal. Mientras caminábamos, repasaba el relato que imaginaba tendría que contar.
Hacía rato que yo escondía algunos pesitos por mes mientras seguía aguantando. Mis intentos anteriores me habían servido de experiencia. Varias veces él había descubierto los bolsos con ropa, o algún indicio sospechoso. Yo había aprendido a no preparar nada, y a esperar con paciencia. Tarde o temprano volvería a suceder, era inevitable. Aunque tardío, lo que valdría sería el éxito.
Anoche me sentía mal y el insomnio flotaba con las cortinas de flores que había comprado con tanto esfuerzo. Una piedra de hielo golpeó el techo de chapas como un cascote furioso.  Después llegó la segunda, la tercera… Pude contarlas hasta que el granizo se transformó en tupido y parejo. Sin embargo, él no escuchó nada. Los rayos relampagueaban en todas las ventanas como lamparitas de navidad. La pedrada se calmó entre una lluvia pesada y copiosa que lamía los vidrios con desesperación.  Cuando se apagaron las pequeñas luces indicadoras del televisor y del equipo de audio me di cuenta que se había cortado la electricidad.
Esta es la noche pensé. Quizás mi última oportunidad. Me levanté de la cama con ansiedad y apreté la ropa entre mis brazos hasta la pieza de los chicos. Los desperté con la señal de silencio e indicaciones que nos vistiéramos rápido. La penumbra de la casa se iluminaba en cada refucilo. Entré en mi habitación, él seguía roncando en un sueño plácido e inexplicable. Con precaución despegué la llave del escondite. La había descubierto limpiando, hacia mucho tiempo, detrás de una pata de la cómoda. Tomé mi pequeño bolso, y nos apuramos a salir. Cerré con la llave de siempre, la que tenía la cinta roja, la única, según él. Y guardé las dos con sumo cuidado. Aún llovía mucho.
Nos refugiamos en el lavadero, siempre atentos al silencio y a las sombras de la casa. Cuando el chaparrón mermó, corrimos hacia el gallinero. Después al galponcito del fondo. Vigilábamos constantemente las ventanas, yo sabía que ante cualquier luminosidad, aun de linternas o de velas, deberíamos salir corriendo debajo de la lluvia. Si sonaba el celular también. Estaba intranquila. Todas las ventanas tienen rejas, pero él podía llamar por ayuda a un amigo o romper con su rabia alguna de las dos puertas. La de atrás era más difícil, la había clausurado soldándola al marco.  En mi huida, pensé en quitarle el celular, así no podría dar aviso a nadie, pero me arriesgué en dejarlo porque tal vez me brindaría una respuesta de su reacción. Otras veces al darse cuenta de nuestro abandono, había llamado con amenazas, o en medio de llantos de arrepentimiento...
Todo eso ahora me parece tan lejano, aunque apenas han pasado algunas horas. En la casa quedaron todos los muebles, la vajilla, los electrodomésticos, la ropa. Miro el pequeño papel con la dirección, lo comparo con el cartel de la calle, busco el número entre las casas. Me imagino la vergüenza que deberé pasar cuando descubran mis cicatrices de tantos años. Me duele todo. Suena el teléfono dentro de mi bolso. No lo atiendo. Sigo caminando. Llego a la dirección exacta. Leo el cartel: “Comisaría de la Mujer”. Parece increíble, en dos páginas se pudieron resumir once años de terror. Las firmé sin dudar. Nos espera una pequeña habitación prestada. Mañana a trabajar como siempre. Sonido de mensaje de texto. Los chicos van jugando por la vereda. Abro mi cartera, lo primero que encuentro son las dos llaves, las aprieto en mi puño hasta llegar a la esquina y las arrojo dentro de la boca del desagüe de la calle. Leo el mensaje en el celular y le respondo: -Tengo otras puertas abiertas…-
14 de marzo de 2012

domingo, 18 de marzo de 2012

Poetas - Por Etel Carpi

Poetas

Nosotros somos una especie postergada a la intemperie
En el clima de la vida.
Nosotros: los poetas.
Gnomos invisibles que deambulan por las grietas multicolores de las letras
en el más majestuoso decir de las palabras.
Un coro sutil de silencios rodea nuestro espacio.
Ese espacio dulce que puede estar en cualquier lado
Pero por sobretodo debe ser afectivo
Para envolver el aroma energizante de la soledad.
La mayor parte de nuestros días transcurre en la búsqueda de un mejor decir.
Recreando la verdad con la subjetividad quebradiza de ver cada cosa.
Tomarla.
Aprehenderla
Y desplegarla luego en los renglones desolados del papel.
Somos esa caricia fresca que lava la sangre de tus llagas.
Casi nada.
Casi todo.
Escribientes.
Seres perfectos
                       Imperfectos
                                        Poetas.



ETEL CARPI. otoño 2010
Poesía  premiada en Juninpais  2010
 y forma parte de la antología de ese año.
Foto Etel Carpi
 

POETA - Por Etel Carpi

DÍA DEL POETA ( 21 DE ABRIL)


POETA


Búsqueda incansable la del poeta.
Caminos entrecruzados
Caminos sin destino
Caminos en retrógrada.
Caminos al paraíso.
Caminos al abismo sin límite.


¿Qué es un poeta?
Una luz ignota
en medio de un agujero negro.
Un sol partido por un inmenso tornado.
Todo el silencio no cabe en su alma.


Sólo se escucha su voz
dibujada en la caligrafía íntima
de una página blanca.


Tiene alma de viajero
y busca  encuentra
se pierde   descansa...
y vuelve a buscar.
Se va desangrando en el intento
pero sigue sin decaer
porque sus sueños volátiles
van naciendo sin pausa
hasta alcanzar la realidad.


Búsqueda incansable la del poeta
para llegar a tu corazón
para despertar sentimientos de amor.
Su arma es la belleza
que te irá envolviendo poco a poco
te acaricia
te mima
hasta que la paz más dulce
se adueña de todo tu ser.


Entonces, con su voz, con su palabra
habrá cumplido su misión
de ángel en esta Tierra azul
perdida en el Universo sin fin.

Antología JuninPais2011

Tapa de la última antología de Juninpais 2011 donde están poesías premiadas de Etel Carpi y de otros autores.

martes, 13 de marzo de 2012

El loco cuerdo - Por Marcos Sarlinga



No los entiendo...

¿Por qué corren,

por qué gritan?

¿Por qué no están

aquí, conmigo?

Brilla el sol y nadie

se detiene a contemplar

la tarde...

Ni a esos pájaros,

ni a esos niños.

Oh Dios, si estuviera libre

te iría a buscar

al campo o al mar,

O en esas sonrisas

que no puedo aquí divisar.

¿ Qué es lo que ocurre

allá afuera que no deja

al hombre sus días valorar?

¿Por qué estoy amarrado

en este sombrío lugar

donde sólo se halla esta

ventana que al mirar

hacia afuera

me comienza a torturar.

¡Oh Dios!

¡¿Por qué me dicen loco

y ellos cuerdos se hacen llamar?!

y ¿por qué? Dios,

¿por qué me invade

esta horrible y penosa

sensación de sentirme

más seguro aquí adentro,

que allá afuera?

...con esa pobre humanidad...

PAPA - Por Etel Carpi

PAPA

Tu nombre...
Sabiduría.Tesoro.Recuerdos.
Coraje.Plenitud.Eterno.

Mi nombre...
Romance. Poesía.Luz.
Ansiedad.Música.Quietud.

Tu nombre...
Siempre vuelve.
Llamándome a deshojar silencios
Y recorro la sideral distancia
Que separa tu alma
De mi alma.

Mi nombre...
Caerá siempre
En el magnetismo de la tierra
A esperar el momento
Del contacto incorpóreo
Y celeste.

Tu ausencia...
Tristeza. Angustia. Dolor.
Desasosiego. Desamor.

Mi presencia...
Caminos. Estrellas. Paz.
Flores. Llanto
                     ¡PAPÁ!

MAMA - Por Etel Carpi

MAMA

Busco en lo oscuro de mi mundo
una señal


que me explique
                       ¿ por qué?


Estabas en la sangre
que sostenían los sueños
                        de la vida.


Estás en el misterio
                        de mis escombros
aceptando el puñal
                        de la muerte
que deseas poseer
más allá de las laderas de mi alma
en lucha amarga
por sostener tu voz
en el torrente de los ecos
antes de que el silencio
te entierre en el olvido
                               ¡MAMÁ!
                       ¡

10º CERTAMEN LITERARIO NACIONAL 2012



10º CERTAMEN LITERARIO NACIONAL 2012
”ESTEBAN ATADIA- NESTOR TRESOLS”
“DUO SOMBRA”
Los Toldos, Provincia de Buenos Aires (Argentina)

1). Se llama a concurso de escritores, de toda la República Argentina para participar en cuento y poesía y logo del mismo.
2). Las obras deberán ser inéditas y no haber sido premiadas en anteriores certámenes en esta u otra entidad organizadora. Presentadas en hoja tamaño oficio o A4; escritas a máquina o por computadora (en ambos casos escritas a dos espacios sobre una sola cara del papel y por triplicado). (NO SE RECIBEN EN MANUSCRITOS NI LOS TRABAJOS, NI LOS DATOS PERSONALES)
Su extensión es la siguiente: para cuento no deben superar las cuatro (4) carillas y un máximo de cincuenta versos o líneas para poesías. Cada autor podrá presentar dos (2) poesías o un (1) cuento, no podrá participar en los dos géneros.
3).Los participantes firmarán con el mismo seudónimo, en los trabajos y en sobre aparte y cerrado que, indicarán: nombre, apellido, domicilio, código postal y teléfono e-mail, facebook, seudónimo y titulo de las/la obra escrito a maquina o en computadora en manuscritos no serán ACEPTADO.
4).El plazo de entrega tendrá lugar desde el 10 de marzo hasta el 30 de abril de 2012 tomándose como última fecha la del matasellos del correo.
5).Para participar se establece que cada autor abonará un arancel contributivo de $ 30 destinados a gastos administrativos, comunicación, etc. puede ser en giro postal, a nombre de Marta Patti. DNI 12.323.941. , o pago fácil en el correo o en efectivo para los locales.
6).El jurado se expedirá dentro de los 50 días subsiguientes.
7).Al enviar sus obras el participante está aceptando las condiciones.
8).Enviar los trabajos a: 10ºCertamen Literario Nacional.”PREMIO ESTEBAN ATADIA-NESTOR TRESOLS” “DUO SOMBRA”.
Sarmiento 665. Los Toldos, Pcia de Buenos Aires. (6015)
9).Podrán participar del certamen todas las personas mayores de 16años.
10). Tema: libre.
11).Se hará entrega de una Placa Recordatorio a LOS HOMENAJEADOS
12).Los premios que se otorgarán para los distintos géneros PRIMERO MEDALLA Y DIPLOMA SEGUNDO Y TERCERO IGUAL, “AUTOR DISTINGUIDO Y AUTOR DESTACADO” DIPLOMAS DE HONOR,MESION ESPECIAL Y PROVINCIALES, Y NACIONAL, UN PREMIO SORPRESA ENTRE LOS ESCRITORES PRESENTE, MAS PREMIO AL GANADOR DEL LOGO. En ningún caso los organizadores devolverán a sus autores las obras participantes, haciéndose responsables ellos de su destrucción luego de conocido el fallo del jurado.
14).Adhiere: Secretaria de Política Cultural, Educación y Relaciones Institucionales. Secretaria de Turismo.
15).Los premios serán entregados el día 25 de Agosto, en el salón de Bomberos Voluntarios. Se comenzará con la recepción de los escritores a las 20hs, entrega de premios, plaquetas, medallas y menciones, actuaciones de destacados artistas. Culminando con UNA CENA. Comunicarse por vía e-mail, martapattidecosta@yahoo.com.ar al cel.: 02355-15-413787.
16).Los participantes podrán integrar la antología con sus obras, no es obligatorio pero es una de la forma de tener los trabajos registrados y hacerlos conocer en distintos lugares, como la Feria del libro, y de distintas ciudades. El costo se le hará saber después de finalizado el cierre del certamen. Llenara una planilla a parte que es un contrato de autorización para publicar las obras pero así también de compromiso de retirar las mismas, cada escritor se le pide como mínimo dos (2) libros. 17).DAR DIFUSIÒN, MUCHAS GRACIAS

jueves, 8 de marzo de 2012

ASÍ ES ELLA - Por Etel Carpi

ASÍ ES ELLA

 Ella es una niña todavía, a pesar de sus 17 años y tiene toda la BELLEZA dulce, suave y blanca de la LUNA inmensa en un cielo claro de montaña.
Aprenderá a perseguir los sueños caminando firmemente por la cornisa de la LIBERTAD, aunque será INEVITABLE no caer a veces y salir lastimada.
Ella trepará entonces para retomar el sendero de sus sueños, curará sus heridas y florecerá un día, en un estallido de flores como el majestuoso JACARANDÁ.


Ella tiene toda la rebeldía de un crecimiento TARDÍO; revive y se agiganta en el verano cuando el sol calienta porque lleva en su sangre un río poderoso de tropical sabor.
El INVIERNO magnífico, que viste paisajes de sublime BLANCURA la aletarga, e INERTE, espera la llegada del dulce verano.
A veces, ella es un TANGO melancólico que suena lejano, en la inmensidad del silencio.
A veces, un cascabel de risa fresca derramándose como catarata voraz descendiendo por la brumosa selva.


Ella es ese ser de luz que saborea feliz la sabrosa palta, ese mismo ser juvenil que rechaza el dulce sabor de la CALABAZA.

Ella es el sol que alumbra mi cielo de estrellas.
Ella es el cascabel que rompe la monotonía de mi soledad.
Ella es el mejor libro que escribí en mi vida.
Ella es el ROCÍO que moja el pasto de mis sueños.
Ella es la luz que guía este camino de ser escribiente.
Ella es eso... y mucho más.
Ella es mi única hija.
Ella es mi hija.
Ella es.
ELLA.
2-3-12
En el alto de los cerros, mi lugar preferido, POTRERO DE LOS FUNES.

Foto: Etel Carpi

ROSAS - Por Norma Elvira Menuet

Rosas

¿Las prefieres amarillas, rojas, fucsias, matizadas en colores?
¿Tal vez te agraden las sencillas rococó, que acompañan
a las novias y engalanan los salones?
O quizás te inquiete la más encendida bordo ilusión,
sangre plasmada en pétalos
fiel sinónimo de pasión.
En fin, tú puedes elegir, verás
dispuestas a tu sensibilidad están
con toda su belleza
con todo su misterio
variedad en aromas
variedad en diseño
En lo que a mi respecta, es la blanca
inmaculada, la rosa que me desvela
por sus pétalos de raso
por su inviolable pureza.
Yo la miro dulcemente,
y creedme, me encuentro
con Dios en ella.
Ahora dime tú, que has abrazado este tema
¿Sabes qué sería del poeta
si las rosas no existieran?

Norma Elvira Menuet

Obra ganadora del Concurso
sobre "La Historia de una Rosa Absurda"
organizado por Elio Waldemar Garciarena
en septiembre del 2008.
Foto del blog "La Rosa absurda"

PURÉ DE CALABAZA - Por Etel Carpi

PURÉ DE CALABAZA

Siempre buscando la BELLEZA
de algún amanecer
otro rincón perdido
para coleccionar
aunque ya duela el alma
en este largo
                        ( o corto?)
camino hacia la eternidad.


Es INEVITABLE
mi ser no puede permanecer INERTE
a la espera del silencio desconocido
sale a la búsqueda del sol
(que como ahora)
ilumina los picos de las sierras
(redondeada imagen de luz)
que imprimo en mis retinas.


Anoche descubrí la LUNA pequeñita
escondida tras las ramas de un JACARANDÁ
desde donde en este instante
un coro de cotorras se despierta conmigo.


El INVIERNO está más cerca
y activará mi mundo
en él abriré las puertas a la LIBERTAD


guardaré en mi memoria
la melodía oscura del TANGO
de otro verano consumiendo las ideas..


Imagino esa inmaculada BLANCURA de la nieve
en el paisaje de mis sueños
sé que será TARDÍO el intento de gozarlo
aunque hace tiempo lo encontré.


Ya no hay misterios...
están muy lejos las dulces manzanas
de mi puré preferido.
Hoy sólo tengo en sin-sabor
de un insípido puré de CALABAZAS.
Etel Carpi, en Villa Magdalena, Sierras de San Luis.
26-2-12

Foto: Etel Carpi