domingo, 3 de agosto de 2014

A TRAVÉS DE MI. Marta Guzzo.

A TRAVÉS DE MÍ

Soñé que un ángel blanco se acercó a mí
rodeándome de un halo de contención.
Debe ser porque sabe que resbalé
en laberintos turbios de confusión.

Nadie lo vio acercarse a mi corazón
entrelazando hilos de levedad.
Concretó su tarea, y sin chistar
se evaporó en el aire con liviandad.

Desde ese día mi marcha se aligeró,
no me pesan los pies ni la voluntad.
El espejo me muestra el reflejo fiel
de alguien que ahora sabe hacia dónde va.

Y no pude expresarle mi gratitud
porque al verlo, hasta el habla ese día perdí;
pero él  sabe que guardo en mi corazón
la luz que irradió al mundo a través de mí.


 Marta Guzzo.

REQUIEN PARA UN ULTRAJE. Por Marta Guzzo.

RÉQUIEM PARA UN ULTRAJE

Cuando amanece, mi tierra florece
en mil sonidos y arco iris de verdes.
Enderezo mi espalda y miro el cielo
que en la línea final casi se pierde.

Miro, y siento un dolor que me subleva,
dolor por ser de un pueblo resistido.
Mi raza  fue dañada y quebrantada,
como la de otros pueblos elegidos.

Nos borraron de la faz de la tierra
mediante impunidad e indiferencia;
los que quedamos somos un puñado
sin fe, ni identidad, ni coincidencias.

Perdimos lo que distinguió a mi raza:
nuestro orgullo de descender de dioses.
Nuestras almas penaron desde entonces
queriendo recordar, de ayer, las voces.

Vivir sin dignidad no estaba escrito
en las sagradas leyes de la historia;
tampoco errar vagando como parias,
siendo dueños de tierras y memoria.

Porque no tengo permitido el llanto
con mi sólido puño hiero el aire.
Quiero morir de pie, mirando el cielo,
todo mi ser rechazando el ultraje.

Marta Guzzo.