miércoles, 19 de octubre de 2016

EL HOGAR DE MICAELA

   En un cuarto oscuro, Micaela marcaba con cruces en el respaldar de su cama cuántos amigos había perdido en el camino... A ella, no le dolía tanto que ninguna familia sustituta la eligiera, sino saber que día a día se le iría borrando el rostro de los que se iban.
   Su historia era triste, pero ella bien sabía que algún día, sería el suyo.
   Su rostro desfigurado hacía que muchas personas le tuvieran miedo... el triste recuerdo de aquella noche, las ambulancias, la policía, eran momentos que iban y venían en su memoria. Sin embargo, ella sabía que tenía mucho para ofrecer y que aún no había llegado la persona y el momento para hacerlo.
   Los años pasaban, Mica volvía a festejar su cumple con sus amihermanos, como ella solía nombrarlos y sus celadoras.
   Una tarde, Elba, la mayor de ellas, les dio la noticia de que se jubilaría, y que ya no trabajaría con ellos. pero que si Mica aceptaba la llevaría a vivir a su casa. Ya que ahora sí tendría más tiempo para dedicarle, educarla, pasear juntas y prepararla para la vida...
   Así como así, en menos que canta un gallo, Micaela aceptó feliz de la vida. Una nueva oportunidad se les presentaba a ambas. Disfrutar de otro modo, acompañadas...
   Cada principio de mes, visitaban al hogar y llevaban dulces y juguetes para todos los niños. Muy a pesar de que Mica era casi una adolescente, no podía olvidar aquel sitio que le sirvió de hogar ly aquellos amihermanos que fueron su familia durante tantos años.
   Los meses pasaron... Mica terminó la secundaria, se sometió a muchas cirugías para dejar de ser el "cuco" de los niños. Ella sabía que nada tenía que ver con todo el amor que tenía para brindarles... pero necesitaba verse bien. Muchos eran los proyectos que tenía por delante.
   Empezó la Facultad... vivieron años muy duros económicamente. Pero ellas eran felices, y nada podía opacar ese estado. Excepto enterarse que cerrarían el hogar. Necesitaban buscar una solución urgente. No solo los problemas eran por el edificio, sino que la directora había presentado la renuncia y nadie quería ocupar su lugar.
   Era sabido que Micaela y Elba, pondrían manos a la obra. Juntas armaron un muy buen plan. Lo importante eran los chicos, los que estaban, y los que vendrían. El hogar no podía cerrar. Era el único en su pueblo, y los chicos no iban a querer separarse.
   Elba vendió su departamento, y pagó la hipoteca. Era el esfuerzo de toda su vida, sin embargo no dudó un instante ante la propuesta de Micaela. Quien además, gracias a sus estudios pudo ocupar el cargo vacante. El hogar no se cerraría.
   Una nueva vida tenían por delante. O quizás una vieja vida renovada.
   Había llegado el momento de devolver el amor que le había sido brindado. De leer los cuentos que ella, alguna vez, había escuchado...
   Era el momento de demostrarle a los más débiles, a los que más sufren, que siempre llega una oportunidad, por más que a veces se tarde demasiado. Que el corazón tiene que estar preparado para dar... no importa cuánto recibimos a cambio.

   Mica sabía que los niños son los únicos que pueden cambiar la historia.

VALENTINA BRUNO. (11 años) Escuela 9 de Baigorrita.

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