sábado, 22 de octubre de 2011

AL MUNDO - Por Luis Eduardo Campos

Algunos creen que, según la forma en que uno registre sus propias emociones, es esa la manera en que se ha de dar registro y reconocimiento al mundo que lo rodea. Algunos otros creen que es algo que esta puesto allí para ellos y así, poder tomar y disfrutar, echando mano a cuanto deseen. Muchos otros creen que es un lugar en donde hay que andar en puntas de pie, tratando de hacer el menor ruido posible como para pasar desapercibido. Puede haber quienes mantengan un estado de permanente alerta respecto de lo que son las relaciones humanas. Otras personas creen que esta solamente para llevárselo por delante y pisotearlo todo. 
¿Qué es eso que esta allí ante nuestros ojos, todos los días causándonos cosas, emociones, dolor y acontecimientos?  ¿Cuanto de eso, hay en nosotros? ¿Qué creemos que sucede con nuestro derredor cuando nada bien funciona, ni se combina como necesitamos y queremos? El aire, el suelo, el cielo, los sonidos, el sol, el calor y el frío. ¿Como podemos descifrar en realidad que es todo ello? Cuando se terminan los calificativos y tratamos de re significar lo que vemos, de la forma en que nunca antes lo habíamos hecho; ¿Cómo podemos revisar esto para verlo con otros ojos? Hay quienes piensan que, lo que uno afirma del mundo que lo rodea, lo esta afirmando de si mismo y eso esta en su persona en igual manera. Unos pocos, tal vez piensan que nada de lo que esta afuera es ausente en   nuestro interior; que es un perfecto reflejo. En definitiva, terminamos siendo un conjunto desgajado del mismo compacto; que es esta innegable estructura que vemos siempre, todos y cada uno de los días de nuestro transito por el planeta. Cualquiera que sea el modo hay algo que en principio, es factible observarlo como subjetivo o abstracto y al pensarlo así, veremos que se torna sumamente objetivo o tangible.
Puedo estar sentado en mi casa y disfrutando del aire puro; tan en silencio hasta el punto de poder llegar a escuchar mi propia respiración y, al mismo tiempo puede estar derrumbándose una casa a mucha distancia de allí. La pregunta es: ¿Ha producido algún ruido en realidad este fenómeno? ¿Según que parámetro puedo afirmarlo? A mí en particular, nada de eso me ha alcanzado. Puedo aunque sea, recibir el dato a través de una radio; sin embargo sigo sin haber sentido ni oído todo aquello de lo cual se habla. Aún tengo la justificación y el lugar para mi duda –Realmente: ¿Emitió algún sonido ese derrumbe?-Porque… ¿Quién, desde mi mismo sitio también podría asegurarlo? En instancias próximas de una batalla dos bandos se han de enfrentar a fin de ganar una guerra. La gran mayoría de los soldados de uno de los ejércitos, se persignan antes de pelear, pidiéndole a Dios que les ayude a derribar cuantos mas enemigos les sea posible con el fin de triunfar;  lo mismo sucede en el otro ejército y en esos momentos ¿Alguien puede imaginar el gesto que hubiera hecho el mismo Dios frente a semejante paradoja? ¿Debemos optar por el camino de la razón y la elaboración de los pensamientos para crecer o sencillamente deberíamos ponernos del lado que más convenga? Sin embargo Dios, se podría quedar en silencio y esa batalla podría tener un saldo catastrófico para ambos ejércitos y así nadie obtendría triunfo alguno. Si observamos  detenidamente en derredor, encontraremos que todo lo que sucede esta enmarcado en una situación singular; que no tiene repetición, que es puramente única y que ese lugar en el tiempo y espacio ha sido otorgado a ella. Cada instante se diferencia del otro, aunque sea o parezca igual, por el solo hecho de que es simplemente otro, entonces tiene otra ubicación. Carecen absolutamente de retorno. Se consumen y llegan otros. Eso podría ser pensado como una parte de lo que podríamos denominar:
Lo Absoluto.
Así como lo que somos; el uno hacia el otro, carecemos de vuelta atrás; somos indivisibles e irrepetibles y lo que producimos en ese ambiente que nos contiene posee sin dudas, y funciona por el inevitable e irreversible principio de Acción y Reacción.
El blanco no es sin el negro y viceversa; uno da significado y sentido al otro; se genera  un ida y vuelta en ello. Parece ser que en base a esto mismo, consumimos muchos instantes en vivir buscando los límites para poder transitar nuestra trayectoria como seres finitos que somos. Límites, que son muy diferentes de los extremos y que, pueden dar movimiento a esa acción y reacción de los sucesos. Una inundación o estar sumergidos en un río en el cual no sepamos nadar, puede dar fin a nuestros días en la tierra; así también lo puede lograr una tremenda, desmedida y prolongada sequía. Rodearnos de gente que nos asfixie con su amor en demasía, nos puede anular ciertas capacidades que por naturaleza, podemos desarrollar para nuestra supervivencia; que sin las cuales podríamos perecer. Asimismo un bebé recién nacido, por la ausencia de caricias y cercanía humana; en un tiempo no muy prolongado, podría fallecer a causa de la falta de afecto.
El  hielo y el fuego nos queman por igual, de la misma forma y con la misma intensidad.
Cada quien tiene su sendero y su transito por el mismo vivir, en pos de la resolución de la propia existencia; de ese modo nadie, en realidad, ocupa el espacio del otro. Diferentes motivaciones dan lugar a acciones en distintas personas y generan variados pensamientos respecto del vivir que, luego de largo o corto lapso, se ven sometidos a la prueba de tener que cruzarse y mezclarse; el uno con el otro para recibir el resultado de aquella acción, dando paso a la reacción.
De allí en mayor o menor grado, siempre se produce un resultado; algunos pueden percibirlo o no percibirlo, entonces podremos apreciar o no apreciar un enriquecimiento del punto de vista personal y por tanto ver generarse o no generarse una forma nueva de evaluar lo que se planta delante de nuestros ojos. Evidentemente aquí, este cruce de caminos y de formas de ver las situaciones, propician el nacimiento de conocimientos que antes, en el individualismo y a solas no se lograban. Teniendo esto en cuenta, podemos saber que nadie puede hacer cambiar la manera de pensar de su semejante. Ese es un trabajo individual y consiste en que, en tanto uno modifique su actitud respecto de ese otro, ello será advertido por el semejante y allí se producirá el cambio deseado, asimismo esto en definitiva da lugar a otro cruce promoviendo otra  acción y reacción. Saber identificar estas circunstancias es lo que en realidad deberíamos ver como nuestro mayor logro; porque nos mantiene vivos y mas alerta, así  poder comprender aquellos límites, de este modo lograr evitar el desbordarnos por los extremos que son los que llevan a darnos de cara, contra la real irreversibilidad de la comprensión de un hecho ya consumado.  Inequívocamente allí, es cuando eso tiene su rol único y sin otra resolución mas que el sabernos, en una gran dificultad. De hecho parece ser que cada vez que tenemos acceso a ser libres en algo y por algo, eso mismo nos hace firmar contrato con ser esclavos de esa libertad; que viene inseparablemente escrita en su anverso. Parece que todo lo que de algo nos libera, nos ata a mantener eso mismo que nos da ese derecho bajo este mismo sol;  y parece dejar como único resultado visible, que la única libertad que no se adeuda es aquella que adquirimos al partir del planeta. Podría ser que dar lugar y comprensión a esto nos podría acercar a la comprensión misma de ese otro mundo pues aquí nada es gratis, todo tiene un precio a pagar….una contra partida innegablemente tan  arraigada; una vez mas aflora…..Lo blanco y Lo negro. 
Toda experiencia en el andar de esos cruces de caminos; beneficiosas o perniciosas, encierran un ventaja para nuestra persona individual, que desemboca en nada mas que probarnos a nosotros mismos, cuan arraigados quedan o no arraigados, esos conocimientos en nuestro ser; tanto como para lograr actuar en otras situaciones a modo de acto reflejo e incorporarlos a nuestra forma de ser y actuar, sin tener que meditarlos, y luego aplicarlos como parte de nuestra naturaleza moldeada y aprendida; de ese modo poder salir a la luz. De allí se comprende el como alguien logra ser y actuar tan distinto a otro siendo que ambos tienen las mismas aptitudes físicas y mentales.
El planeta tiene impensada cantidad de rincones en donde, aunque queramos, una vida entera no nos alcanzaría para poder estar en todos ellos y así comprobar qué ocurre u ocurriría si actuáramos de una u otra forma. Las situaciones se desarrollan sólo de una forma a la vez y esto nos puede hacer ver cuan inútil es pensar en: ¿Qué hubiera sido o sucedido si yo no hubiera sido  o estado……..????
Pienso que el mundo y el tiempo son solamente dos ilusiones necesarias y combinadas de antemano; que están puestas allí, delante de nosotros para causarnos los sincronismos que necesariamente  incluyen la presencia del otro; interactuando en ese  mismo tiempo y espacio, para que a mi se me concrete algo que estoy necesitando y esto a su vez, sea también coincidente e igual para ese otro; el factor innegable y naturalmente egoísta, radica en que ese otro ser no significa mas para mi que un elemento que yo necesito para mover ciertas piezas de mi tablero y a su vez, yo significo lo mismo para que a él, le suceda la misma variación en su tablero y pueda continuar con su trayectoria.
Si pensáramos en estos principios y actuáramos en base a eso; el Acto de Dar, sería algo asumido y natural pues si todos damos, todos recibimos; entonces llegaríamos a comprender que la palabra dar, no es el vocablo opuesto de recibir. Quien recibe con el pensamiento y la esperanza de seguir recibiendo; en realidad no recibe plenamente, porque no tiene la capacidad de sentir la enorme alegría de hermanarse con su semejante mediante ese acto y difícilmente va a poder comprender  el concepto de percibir a una persona delante de él, para cederle algo. Ese que da, con la esperanza de recibir según lo que dio, tampoco habrá de haber dado plenamente porque es inhábil para imaginar, al menos por una vez, el hecho de dejar de hacer una transacción comercial más y así manipular al que recibe. En cambio quien sabe dar, es ese que siente y tiene la alegría de ver que el otro, recibe en su mano lo que él mismo quiere que ese otro tenga y disfrute; es un acto individual ( En este caso, no egoísta) y unilateral sin ver ni importarle nada más. Además esto   implica el desafío de ser capaz, inesperadamente, de desprendernos de lo que nunca antes habíamos imaginado que un día cualquiera, tendríamos que compartir. Cualquier persona al leer este relato, podría inclinarse a pensar que esto esta escrito en algún libro o manual de instrucciones; a titulo de procedimiento para poder sobrellevar la carga del diario vivir y convivir en este mundo; mas en realidad esto es solamente el principio en una forma de pensamiento que, luego de mas de medio siglo de vida,  trata de lograr el arraigo de los poderes, a los que cualquier ser humano puede tener acceso para llegar a  manejarlos; a fin de lograr un cambio en la forma en que los asuntos y las personas se conducen; estos comprenden: La compasión, La tolerancia y la paciencia. Esto es: -La aceptación-
Desde este  mundo, y luego de todos estos años, puedo contarle al mismo mundo que, habiendo tratado otras formas y caminos, no he podido advertir que alguna circunstancia del simple vivir escapara a este proceso, que parece significar una de las claves que; inevitablemente terminan dando forma a nuestra existencia.



1 comentario:

  1. Luisito: es un gusto ver este espacio dedicado a la Literatura y también lo es verte participando en él. Te felicito, así como a toda la gente de General Viamonte que despunta el "vicio" de escribir en este rinconcito.
    Yo conozco ya algo de tu filosofía, de tu cosmogonía, debatida en charlas virtuales generalmente, a través de nuestros blogs. Sabés que me identifico mucho con ellas y que creo que más de uno -que ya tenga experiencia de vida, por cierto- coincidirá también contigo.
    Te deseo suerte en este nuevo intento de llegar a los demás con tus ideas y visiones.
    Un abrazo.

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