sábado, 4 de octubre de 2014

CUENTO GANADOR PRIMER PREMIO DEL CONCURSO "ACERCANDO PALABRAS" 2014.

Género: cuento               ARREPENTIMIENTO
Edad: 16
El chico abrió la puerta de su casa reinada por la penumbra, pasó por el umbral gritando el nombre de su madre para asegurar si esta se encontraba ahí o no, nadie le contestó. Entró y cerró la puerta, dejó la pesada mochila sobre la mesa y sacó todas sus cosas de ella. Encontró lo que buscaba, una soga que había comprado en la ferretería de camino ahí.
Siguió por el comedor hasta el teléfono que se encontraba en el living, llamó a su madre y le pregunto a qué hora llegaría. Ella trabajaba de maestra en una escuela para mantener toda la familia. Le confirmó lo que quería saber, llegaría a las cuatro de la tarde, le quedaban tres horas para lograr su plan.
Se cambió y comió algo rápido, se sentó en la mesa delante del papel donde plasmaría sus últimas palabras. Era algo difícil de escribir, comenzó dirigiéndose a su madre “nada de lo que haga es tu culpa, te amo más que nada en este mundo, tú eres y siempre serás mi heroína. Dile a mi padre que es un hijo de puta por no haberme querido y dile que no tenga la satisfacción que hago esto por él. Te voy a extrañar mucho te espero en el cielo” cuando terminó las lágrimas recorrían sus mejillas, algunas de tristeza, otras de furia.
Se iba a suicidar, lo había decido cuando se despertó en la mañana. En la escuela al verla a ella y que sus compañeros lo insultaran y despreciaran solamente aumentó su deseo. No era solo por esto sino la suma de todo, el amor de su vida que nunca le pertenecería, sus “amigos” que lo utilizaban cuando había que hacer un trabajo o tarea difícil y luego seguían odiándolo, su padre, la pobreza, y una larga lista de etcéteras.
Tomó asiento en el sillón para pensar la forma, todavía no se había decidido, compró la soga pero quería la forma menos dolorosa de morir, lo que él deseaba era dejar de sufrir, no llamar la atención. No tenía pistola ni arma alguna, cortarse las venas era demasiado doloroso por lo que lo descartó, así que su única opción era ahorcarse.
Llorando, pero decidido, se dirigió al jardín con la soga en la mano y una silla en la otra. Encontró el árbol más alto e hizo el nudo y pasó la cuerda sobre la rama, colocó la silla debajo. Miro su trabajo cuando terminó y sonrió, al fin acabaría su dolor, tanto tiempo llorando y deseando que terminara todo.
Extrañaría a su madre, eso era lo que lo detuvo por mucho tiempo pero ya ni eso lo detenía. Subió a la silla y ajustó la cuerda a su cuello. Pateó el asiento y sus pies encontraron el vacío pero no calló por la soga que ahora apretaba su cuello privándolo del aire. Los dieciséis años de su vida pasaron por su memoria, momentos felices, momentos tristes, caras y caras de personas que había conocido, familia, amigos, su único y último amor, su madre. Cuando se arrepintió ya era muy tarde, el nudo era tan apretado. Su cuerpo se retorcía tratando de soltarse pero no pudo. La última palabra que cruzó su mente fue:” no”, antes de soltar el último aliento y dejarse vencer por la muerte.


Francisco Garcia. 15 años. Escuela Normal.
ahorcado: Destacó el empresario con impuestos y crisis problema Foto de archivo

1 comentario:

  1. Cuento ganador primer premio segunda categoría secundaria concurso de la Sociedad de Escritores, 2014.

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